Hoy queremos hablar de los sueños: de esos que nos parecen tan grandes como los monstruos que de niños creíamos que vivían debajo de nuestra cama; de esos que ni siquiera contamos por temor a recibir una risa como respuesta y, sobre todo, de los que se vuelven realidad.

Como quizás saben -y si no sabían, hola, bienvenid@s al chisme- desde hace un par de semanas hemos estado viviendo unas experiencias que para nosotros son, como menos, surreales. Resulta que participamos en Shark Tank y ahora tenemos nuevos inversionistas, nuestros productos han sido compartidos en redes por personas de gran relevancia nacional, y hasta Alpina nos reconoció por ser un emprendimiento que busca la innovación de manera sostenible. 

Como una empresa que apenas va a cumplir su primer año todo esto parece irreal y, aunque sabemos que es el resultado de querer resaltar nuestras raíces y de hacer con maestría y pasión nuestros productos, no podemos dejar de mencionar que cumplir todos estos sueños trae consigo también grandes retos y esfuerzos.

Cuando nos presentamos en Shark Tank temíamos fallar en cifras, no poder justificar lo que nos preguntaran y claramente, que ningún Shark apostara por nuestra empresa. Y aunque todos esos retos ya fueron superados, en cada paso que damos llegan más: ¿cómo poder producir mayor cantidad conservando la calidad?, ver todos nuestros productos agotados en la web, descubrir un montón de aspectos financieros y tributarios que no conseguíamos entender y quién sabe cuánto más que, a hoy, ni siquiera logramos ver o imaginar. 

La verdad es que todo esto que se cruza por nuestra cabeza nos abruma constantemente, pero sabemos que lo más importante es que nada de esto sería posible sin ustedes y no podemos dejar de agradecerles por ello:  Por comprar nuestros productos, por las palabras de aliento, por los likes y comentarios, ¡Por toda su retroalimentación que nos ayuda a crecer y mejorar! y, claro está, por leernos cada mes. Gracias por creer en las marcas locales, por ayudarnos a impactar y resaltar el campo colombiano con cada compra que hacen.

Hoy queremos hacer honor a que se vale soñar en grande, a que como nosotros se crean el cuento y trabajen por eso que anhelan… y es esto también un recordatorio a que se vale pedir ayuda, que no hay por qué creer que solos tienen que ser capaces de lograr todo lo que esperan, que más que valerse, es necesario buscar a aquellos que ya recorrieron tus pasos y aprender de ellos para omitir algunos de sus tropiezos. Porque con los sueños se vale ser terco, insistente, persistente, y sobre todo, que hay que entender que a palabras necias, oídos sordos.

De corazón, gracias por ayudarnos a construir el camino de este sueño llamado Manso.